La realidad no se responsabiliza por la pérdida de tus ilusiones.

5.12.10

Eras mi manual.

Te dí todas las herramientas que tenía, te dí mi mente y mi corazón. Te mostré cada recoveco que me compone y no escatimé en mostrarte mis errores. Conocías cada centímetro de mis pensamientos y mis reacciones. Me desnudé en cuerpo y alma; te dí la posibilidad de que secaras mis puras lágrimas y escucharas mis palabras con todo el sentido y sentimiento que yo les aportaba.
Te señalé la ruta para hacerme feliz y de vez en cuando llegar a odiarte, pero sólo por cruzar esa línea tan fina que hay entre mis ánimos. El problema fue no haberme dado cuenta que también te brindé todo lo necesario para derribarme y lastimarme desde todo ángulo existente... desde mi mete, mi corazón, cada recoveco, mis reacciones, mis pensamientos, hasta mi cuerpo y mi alma.
Y ahora no secás lágrimas, las creas especialmente para mis ojos. Y no calmás mis sentimientos de huir, hacés que me persigan por cada lugar que visite.

Ocupás el mismo tiempo en mi vida del que siempre ocupaste, pero dejaste de ser luz.

Sos oscuridad y dolor,



y ya no sé qué hacer.

No hay comentarios: