La realidad no se responsabiliza por la pérdida de tus ilusiones.

15.9.11

El temita de las cosas que te duelen.
La risa es lágrima que se transforma en vómito compulsivo, resignado a nunca ser más que un nudo en la garganta.

11.9.11

Al fin del mundo, lejos de acá.

Y si tenía que sanar, va a sangrar. Los platos se mueven, se detienen, no llego, se caen.
Mi preciosa Lidia ha vuelto. Ayer durmió arriba de mi cabeza; se hizo una camita con mi pelo y descansó. El trabajo de Lidia es hacerse cargo de las mancuspias cuando yo no puedo más. Menos mal que vino ayer, mi hermosa Lidia.
La cama la desarmé yo sola, no necesité de dos. Las pesadillas de una persona fueron suficientes. Si tengo que ser honesta, no te extraño; tampoco te necesito. Creo que esa es buena señal.
Pero viste que lo que uno merece, en este país, siempre fue mal calculado. El deudor que habla de cuentas y el merecedor que esquiva constantemente a la razón. Un tango con dos hombres, dos zapatos derechos; pares inservibles atados a una discusión sinfín.

La valijita, las promesas, los papeles en blanco. Una birome azul, un zippo, el atado de puchos, tus sonrisas. A riesgo de que las promesas se arruguen con el peso del tiempo, me acuesto pensando que mañana será otra día y ¡qué ganas que tengo de viajar!