La realidad no se responsabiliza por la pérdida de tus ilusiones.

23.7.10

Entrando en coma.

¿Vos también podés sentirlo? la carne rompiéndose, separando una célula de otra, dejando fluir ese espeso líquido oscuro; los músculos desgarrándose, acompañados de ese ruido insoportable para mis odios. ¿Vos también podés verlo? un cuerpo transformándose en una máquina de vapor; los órganos se pulverizan, somos polvo y viento.
Es imparable, lo siento, lo veo, pero sigo acá. Me desespero, corro, grito, salto; ¿pero cómo? ¿No soy yo la que camina en la cornisa? ¿No son esas mis ideas, las que una a una van cayendo por el precipicio?
Hay miedo, hay sangre. ¡Se robaron las palabras!.. Dicen que te las quitan junto con la piel. No serán tan hombres siquiera para ponerlas en papel, pero se unirán al ruido insoportable que antes escuchaba, ¡como música para mis oídos!.
Hay odio, hay rencor. Se roban el alma también, dicen que te la aspiran cuando remueven tus pensamientos. Dejan que la vida sea lo último que perdés, luego de los sentimientos, la ternura y la cordura.
¿Vos también podés sentirlo? podría ser un beso.
¿Vos también podés verlo? podría ser una guerra.


Todavía no lo entendés, ¿no?
Es una (re)presentación.

18.7.10

Pudiendo amanecer

Un par de lágrimas más se derraman. Lo crees entender, podés sentirlo en tu piel. El trazo es corto, el rose es un suspiro, quedan pocos segundos antes de que puedas amanecer.
Pero lo perdés; toca tu mano y al instante queda suspendido en una eternidad de necesidades no alcanzadas.
No amaneció. El sol no salió. A ciegas, tanteas las formas inexactas de esta inhumana solución.
Tu cabeza te repite no desistas, hasta el infierno se ilumina. Aprendé a esperar, miles de sensaciones expandirán tus pulmones y llenará de eso que llamamos esperanza a tu cabeza.
Son segundos, ya amanecerás.

11.7.10

Nowadays

En ciertos momentos mi alma no puede almacenar ni un poco más de angustia. Ni la más mínima, ni la más imperceptible, ni siquiera aquella que nos hubiera hecho cerrar los ojos plácidamente sin generarnos malos sentimientos. Son tiempos en que al haber caído tan abajo como podías, tan profundo que la oscuridad te ahoga, no necesitás que alguien te pise la cabeza... necesitás una mano.
Sin pensar sólo en primera persona, reconozco que hay muchas. Pero cuando alguien se cruza de brazos, ese gesto pesa más que todas las que se están estirando casi al límite del desgarro para levantarte.
Épocas donde te falta el aire, la fuerza, el escudo se hace cada vez más delgado al punto que bastaría de una espina para lastimarte. Respirar se hace extremadamente complicado, por favor dejame un poco de aire.
Hace tiempo ya que mis pulmones no se dilatan ni se contraen, están tiesos. Me siento cuál Izzie habiendo perdido a Deny, tirada en el piso del baño, con mi vestido de graduación.

No me juzgues, no. Yo estoy haciendo lo mejor que puedo. Y no, no lo hagas. No ves que hay males peores que un resfriado? No entendés que hay momentos donde puedo salir a la superficie a recibir mi cuota de luz y aire, y no puedo encontrarme con estas nubes anunciando tormenta.
Necesito que me digas que me querés.

Introducción

No hay dos autores que aborden las cosas exactamente del mismo modo. Todos nos inspiramos y nos motivamos de formas diferentes, y tenemos nuestras propias razones para que determinados personajes permanezcan a nuestro lado; otros, en cambio, desaparecen en una maraña de archivos abandonados. Yo, personalmente, no he sabido nunca por qué algunos de mis personajes han adquirido una vida independiente con tanta fuerza, pero siempre me alegra cuando lo hacen. Ésos son los personajes que se desarrollan con menor esfuerzo y, por tanto, sus historias son las que llegan a buen puerto.
Bree es uno de esos personajes y, además, la principal razón de que este relato se encuentre ahora en tus manos y no se haya perdido en el laberinto de carpetas olvidadas de mi computadora (las otras dos razones se llaman Diego y Fred). Empecé a pensar en Bree cuando estaba editando Eclipse. Editando, no escribiendo: mientras escribía el primer borrador de Eclipse, llevaba puestas las anteojeras de la narración en primera persona; todo aquello que Bella no podía ver, oír, sentir, saborear o tocas era irrelevante. Aquella historia era exclusivamente la de su experiencia.
El siguiente paso en el proceso de edición consistía en alejarse de Bella y ver cómo fluía la historia. Mi editora, Rebecca Davis, desempeñó un papel fundamental en dicho proceso: tenía muchas preguntas que hacerme sobre las cosas que Bella no sabía y acerca de cómo podíamos aclarar más las claves de esa historia. Dado que Bree es la única neófita a quien Bella ve, fue a la perspectiva de Bree la primera a la que me aproximé al analizar lo que estaba pasando en segundo plano. Empecé a pensar en la vida en el sótano con los neófitos y en la caza al estilo tradicional de los vampiros. Me imaginé el mundo tal y como Bree lo entendía. Y resultó sencillo hacerlo. Desde el principio, Bree estuvo muy definida como personaje, y algunos de sus amigos cobraron vida sin esfuerzo. Así es como me suele ir en estas situaciones: intento escribir una breve sinopsis de lo que está sucediendo en cualquier otra parte de la historia y acabo garabateando diálogos. En este caso, en lugar de una sinoppsis, me sorprendí a mi misma escribiendo un día en la vida de Bree.
Con Bree era la primera vez que me metía en la piel de un narrador que fuese un vampiro 'de verdad': un cazador, un monstruo. Llegué a mirar a los humanos a través de sus ojos rojos; de repente érams débiles y patéticos, presas fáciles, sin importancia alguna, salvo la de ser un apetitoso bocado. Sentí cómo era estar y rodeada de enemigos, siempre en guardia, sin ninguna certezza excepto la de que la propia vida está en peligro. Llegué a sumergirme en una raza totalmente distinta de vampiros: los neófitos. La vida como neófito era algo que jamás había llegado a explorar, ni siquiera cuando Bella por fin se convirtió en un vampiro. Ella jamás fue una neófita como lo fue Bree. Resultó emocionante, siniestro e incluso trágico. Cuanto más me acercaba al inevitable final, más fuerte era mi deseo de haber concluido Eclipse de un modo sólo ligeramente distinto.
Me pregunto qué te parecerá Bree. En Eclipse es un personaje muy breve y en apariencia trivial. Su vida se reduce a cinco minutos desde el punto vista de Bella, y, aún así, qué importante es su historia para la comprensión de la novela. Cuando leíste la escena de Eclipse en la que Bella está mirando fijamente a Bree y la considera como su posible futuro, ¿en algún momento se te ocurrió pensar en lo que habría llevado a Bree hasta esa situación en el tiempo? Cuando Bree le sostiene la mirada, ¿te preguntaste cómo ella vería a Bella y a los Cullen? Probablemente no. Pero aunque lo hubieras hecho, apostaría a que nunca te imaginaste sus secretos.
Espero que Bree acabe despertando en tu el mismo afecto que a mi me inspira, auqneu en cierto modo no deje de ser un deseo cruel. Ya sabés que las cosas no acaban demasiado bien para ella. Pero al menos conocerás toda la historia. Y sabrás que no hay perspectiva que carezca de verdadera importancia.
Disfrútalo.
STEPHENIE.

7.7.10

Nice memories are not coming back

Mi manto aún siente tus roces, tus momentos de cavilación y tus suspiros, el mejor aire que probé en mi vida. Mi mente aún guarda algodones de azúcar y baños de caramelo, la lluvia cayendo y mojando mi pelo. Mi piel erizándose al verte, mi sonrisa predeterminada variando en un degradé de sentimientos.
Un mar de pensamientos, un momento eterno de silencio, caída libre a la locura, ¿no te das cuénta lo que generás? No tengo punto inicial, objetivo a realizar, ni destino que perseguir. Redireccioná mi camino, estoy cuán pétalo de flor dejándose llevar por el viento que sopla (debo volver a mi lugar).
Y más, más, más, más. Forma parte de mi sangre, mi estructura se adecua; no pueden quitármelo ahora.
Siempre igual, igual, igual, igual. Se mantiene, tirante como una cuerda. Endureciendo cada músculo, deteniéndolo de cumplir su función (cuál es?).


agh, horrible, no me gustaste, me aburriste, sos del montón.

Han llegado


waka waka e' e'
son diecinueve.


6.7.10

Solution is not salvation

Sorprenderte de la capacidad que tienen tus ojos de entender tu mente y derramar su néctar cuando tu alma no da más; de las nubes decidiendo concretar su viaje, dejando caer inmensas cantidades de sueños que empapan el camino; cómo un amanecer despierta ilusiones, promete nuevos destinos, y quizás una oportunidad más...
Que las cosas más banales de la vida puedan impactar en tu corazón y dejarte infinitos minutos intentando comprender que la tierra, el universo, el amor y la muerte es exactamente el mismo ente abstracto que nos moviliza, significa que estás vivo; vivo de la mejor manera, sorprendiéndote de las brisas y del aroma de una flor. Nada es biológico o tiene una explicación científicamente factible; ya no hay demostraciones empíricas, ni teorías a comprobar... sólo hay vida ocurriendo mientras nosotros intentamos en vano conceptuarla. Llegamos a ser dueños de significados complejos, pertenecientes a palabras que en realidad están completamente vacías de contenido; damos connotaciones equivocadas a términos inexistentes, como el arrepentimiento, la soledad o la real honestidad.
Pero de algo estoy segura, y es que llegará el día en que la miel y la sal puedan convivir dentro de un mismo vaso, sin que sus esencias varíen en estructuras químicas o pierdan su encanto y apariencia.
Me has escuchado bien, estoy segura; segura de que no sé nada, que necesito buscar columnas a las que aferrarme mientras esta tormenta debilita todos mis cimientos, que eran los únicos que conocía mi mente.
En definitiva, no muchos escuchan, todos enseñan y nadie disfruta.
Yo digo que la solución está en que aprendamos a soñar.