La realidad no se responsabiliza por la pérdida de tus ilusiones.

31.3.12

Show must go on, and on and on.

Se colma mi paciencia de incoherencias
mis oídos de reclamos
mis ojos de injusticias
mi cerebro de excusas para seguir.

Maniobrando mil y un excusas,
re-inventando las situaciones
las explicaciones.
Al porta cuentos le hago dibujarte
una sonrisa dulce
comprensiva
y así vivo a través del boca a boca
de lo que dicen que mi vida fué
de lo que mi vida es
de lo que nunca será.

Parodia, pantomima
1, 2, 3
te pasaste del guión
1, 2, 3
actuá que hay público
1, 2, 3.

26.3.12

Encantada

Abrazos otoñales
hojas secas sueltas al olvido
un país de lágrimas que no es mío.
La muñeca de trapo
rota y descocida
no puede prometer días eternos.

Rueda por la colina
se dibuja su sonrisa
sola, tímida
bailando al rítmo del viento
que la invita a navegar
evitando así la soledad
de este mar de caricias inventadas
de besos que ya no más
de sábanas que no hace falta desordenar.

10.3.12

Escandaloso intervalo

te quiero por encima de los jazmines que dejaste marchitar
y este encierro sin historia
sin anhelos
sin victoria
por encima del cenicero que llenaste con Pasión
rebalsaste de ternura
y rompiste sin piedad.

Rompan tertulias mis palabras
y mis lágrimas se transforman en alquitrán
pesadas
tóxicas
vos en cambio, emanabas rocío
dulce y transparente
como el río de idioteces que nos trajo hasta acá.


...la tibia soledad que Lidia se empecina en quebrar
mi impoluta existencia
mi Alma diáfana
mi penetrada cabeza.

7.3.12

Dos casas y ningún hogar, genial!

6.3.12

Desnuda boca arriba.

Y sí, parece que es así, que te has ido diciendo no sé qué cosa, que te ibas a tirar al Sena, algo por el estilo, una de esas frases de plena noche, mezcladas de sábana y boca pastosa, casi siempre en la oscuridad o con algo de mano o de pie rozando el cuerpo del que apenas escucha, porque hace tanto que apenas te escucho cuando dices cosas así, eso viene del otro lado de mis ojos cerrados, del sueño que otra vez me tira hacia abajo. Entonces está bien, qué me importa si te has ido, si te has ahogado o todavía andas por los muelles mirando el agua, y además no es cierto porque estás aquí dormida y respirando entrecortadamente, pero entonces no te has ido cuando te fuiste en algún momento de la noche antes de que yo me perdiera en el sueño, porque te habías ido diciendo alguna cosa, que te ibas a ahogar en el Sena, o sea que has tenido miedo, has renunciado y de golpe estás ahí casi tocándome, y te mueves ondulando como si algo trabajara suavemente en tu sueño, como si de verdad soñaras que has salido y que después de todo llegaste a los muelles y te tiraste al agua. Así una vez más, para dormir después con la cara empapada de un llanto estúpido, hasta las once de la mañana, la hora en que traen el diario con las noticias de los que se han ahogado de veras.
Me das risa, pobre. Tus determinaciones trágicas, esa manera de andar golpeando las puertas como una actriz de tournées de provincia, uno se pregunta si realmente crees en tus amenazas, tus chantajes repugnantes, tus inagotables escenas patéticas untadas de lágrimas y adjetivos y recuentos. Merecerías a alguien más dotado que yo para que te diera la réplica, entonces se vería alzarse a la pareja perfecta, con el hedor exquisito del hombre y la mujer que se destrozan mirándose en los ojos para asegurarse el aplazamiento más precario, para sobrevivir todavía y volver a empezar y perseguir inagotablemente su verdad de terreno baldío y fondo de cacerola. Pero ya ves, escojo el silencio, enciendo un cigarrillo y te escucho hablar, te escucho quejarte (con razón, pero qué puedo hacerle), o lo que es todavía mejor me voy quedando dormido, arrullado casi por tus imprecaciones previsibles, con los ojos entrecerrados mezclo todavía por un rato las primeras ráfagas de los sueños con tus gestos de camisón ridículo bajo la luz de la araña que nos regalaron cuando nos casamos, y creo que al final me duermo y me llevo, te lo confieso casi con amor, la parte más aprovechable de tus movimientos y tus denuncias, el sonido restallante que te deforma los labios lívidos de cólera. Para enriquecer mis propios sueños donde jamás a nadie se le ocurre ahogarse, puedes creerme.


El río, Julio Cortázar.

3.3.12

Des-

Siempre creí que mi alma era digna de dar batalla
pero ahora que encuentro a mi cabeza desordenada
desentonada
desteñida
distorsionada
comprendo que a falta de explicaciones
necesito sedar mi piel, para que no sienta nada
para no percibir nada
para no encontrar nada.

Un gobierno de autocrítica se instala en mi mansión.