Me descuartizás el alma
Vendés cada pedazo al mejor postor
Y me dejás vacía
Sin calma
Aturdida
Tirada
Y yo me olvido de tu cara
Humo, y no una mirada
Pero te busco
te encuentro
Y tu sonrisa despiadada me destroza
Cada fragmento de mi cuerpo se deshace ante tu universo
Un mundo turbio
frío
Con témpanos de hielo
Incrustados en mi pelo
Que penetran
Y rompen la armonía
Creando desesperación.
Nuestra conexión era literatura viva
poesía sangrando
un tango mal cantado,
un mate lavado
la estructura de la mesa redonda,
un piano de cola
un amanecer digno del Olimpo
sin haber salido de La Pampa.
Prometimos óleos,
cl a ros cu r os
desfilábamos entre sábanas inventadas
terminamos como cuadros de habitaciones pagas.
Descarados que siguen esperando
la muerte de algún obispo.
El crayón se derrite
el cenicero se apaga
-sigamos la obra
porque el mundo no se acaba.
Te siento en mis manos
me deduzco en tus labios
me encuentro en tu olvido
-y todo esto
porque respiro
Si sigo anidando sueños
promesas
momentos
Si nadie los teje
(sólo se acumulan)
se pierden en mis cajones
los de al lado de mi cama
donde antes estaba tu perfume.
Guardé el lugar de la almohada
que te empeñaste en apropiar
si no es para tu recuerdo
quizás para aquellos sueños
promesas
momentos.
Son esos domingos de sábado
donde la mente poco vuela,
prefiere planear con las alas ya abiertas,
hacia el poéticamente
absurdo
porvenir.
sé que viniste a mi porque aparecí
p o r v en i r.
Despojados de ropa // pero no te tengo acá
Cubiertos de nosotros mismos // un cielo de distancia
Bastándonos con suspiros // hacia dónde fue tu mirada
Rodeados de libros // aquella mañana fría de agosto
Humo de tabaco y algo más // alquitrán en la cabeza
Innumerables gotas de vino en el cuarto // me quedé sin café.
Dos almas
una noche sin luna
solo estrellas,
las verdaderas protagonistas de la fiesta
Lidia las comprende,
ella también detesta
a los ladrones de luz.
