La realidad no se responsabiliza por la pérdida de tus ilusiones.

24.3.11

Se tapa la cara con las manos y tiembla.

-Johnny- ha dicho Dédée desde su rincón.
-Fíjate que solamente te cuento un pedacito de todo lo que estaba pensando y viendo. ¿Cuánto hará que te estoy contando este pedacito?
-No sé, pongamos unos dos mintos.
-Pongamos unos dos mintos- remenda Johnny-. Dos minutos y te he contado un pedacito nada más. Si te contara todo lo que les vi hacer a los chicos, y cómo Hamp tocaba Save it, pretty mamma y yo escuchaba cada nota, entiendes, cada nota, y Hamp no es de los que se cansan, y si te contara que también le oí a mi vieja una oración larguísima, donde hablaba de repollos, me parece, pedía perdón por mi viejo y por mí y decía algo de unos repollos... Bueno, si te contara en detalle todo eso, pasaríamos más de dos minutos, ¿eh Bruno?
-Si realmente escuchaste y viste todo eso, pasaría un buen cuarto de hora- le he dicho, riéndome.
-Pasaría un buen cuarto de hora, eh, Bruno. Entonces me vas a decir cómo puede ser que de repente siento que el métro se para y yo me salvo de mi vieja y Lan y todo aquello, y veo que estamos en Saint Germain-des-Prés, que queda justo a un minuto y medio de Odéon.
Nunca me preocupo demasiado por las cosas que dice Johnny, pero ahora, con su manera de mirarme, he sentido frío.
-Apenas un minuto y medio por tu tiempo, por el tiempo de ésa -ha dicho rencorosamente Johnny-. Y también por el del métro y el de mi reloj, malditos sean. Entonces, ¿cómo puede ser que yo haya estado pensando un cuarto de hora, eh Bruno? ¿Cómo se puede pensar un cuarto de hora en un minuto y medio? Te juro que ese día no había fumado ni un pedacito, ni una hojita -agrega como un chico que se excusa-. Y después me ha vuelto a suceder en todas partes. Pero -agrega gradualmente- sólo en el métro es como estar metido en un reloj. Las estaciones son los minutos, comprendes, es ese tiempo de ustedes, de ahora; pero yo sé que hay otro, y he estado pensando, pensando...
[...]
-Bruno, si yo pudiera solamente vivir como en esos momentos, o como cuando estoy tocando y también el tiempo cambia... Te das cuenta de lo que podría pasar en un minuto y medio... Entonces un hombre, no solamente yo sino ésa y tú y todos los muchachos, podrían vivir cientos de años, si encontráramos la manera podríamos vivir mil veces más de lo que estamos viviendo por culpa de los relojes, de esa manía de minutos y de pasado mañana...
El perseguidor, Julio Cortázar.

2 comentarios:

unManú dijo...

http://fipple.blogspot.com/2009/06/apenas-un-minuto-y-medio-por-tu-tiempo_12.html

:)

godoshita dijo...

Tan cierto.