La realidad no se responsabiliza por la pérdida de tus ilusiones.

19.2.11

Segmentación de sensaciones.

Suceden cada 1, 2, 3, 4 segundos. Lidia contó la misma cantidad de números durante unos minutos para comprobar su teoría. 1, 2, 3, 4. Siempre llegaba al mismo resultado. ¿Cuánto sería lo que realmente pasaba entre el comienzo de la cuenta y el final de la misma?
Detuvo la vista en la nada infinita una vez más. Dibujó la historia de las hojas y su antiguo matrimonio con el viento, el pasto y su inesperado histeriqueo. Dejó que la brisa despeinara su pelo y le haga cosquillas en la espalda. El tiempo parecía no pasar, o quizás al contrario, correr al lado de ella. Mientras más escapara hacia el mar de lágrimas y murmullo de risas, ese mundo aparte que había creado con el resto de cenizas y caricias que le quedaban por dar, más se apartaba el sol. Parecía querer esconderse antes de ser percibido por Lidia y sus oxidados trabajos mentales.
El secreto está en saber que la respiración se vuelve más profunda cuando cerramos los ojos, que las mariposas en la panza son en realidad fuegos artificiales, espontáneos y efímeros, que una estrella fugaz es la única parte de la realidad que sabe suficiente acerca de las miradas y de la vida como para aceptar con alegría que va a ser apreciada sólo por un momento; que las sonrisas perecen y las lágrimas están siempre latentes, como guerreros preparados para salir al más mínimo rasguño.
Los pensamientos y planteos comenzaron a transformarse en alfileres. Pinchaban y dejaban marcas; cada vez que Lidia se acercaba a la herida sentía un dolor lacerante, como si su alma estuviera a carne viva, dejando que los nervios sean capaces de captar todas las grietas de la conciencia.
No hubo solución concluyente en su batalla mental, fueron las agujas del reloj y una voz externa que la hizo pararse y caminar. Un poco de caramelo curó la amargura que sabía, se iba a desatar al ponerse el sol.
1, 2, 3, 4 segundos marcaron la diferencia en la primavera abstracta que temió disfrutar en su cama.

No hay comentarios: