La realidad no se responsabiliza por la pérdida de tus ilusiones.

9.2.11

Como algodón de azúcar.

Cuando pienso en vos, se me antojan todas las golosinas que amo.
Tu piel es azucarada, ¿sabés? como caramelo sabor tuti-fruti. Y tu risa abraza mi cuerpo tan cálidamente como el sol de verano a mis hombros mientras abro un chupetín de cereza. Cuando peino tu flequillo, siento arena en mis dedos; esa arena de playa que molestás cuando estás tomando un jugo de sandía; tu pelo parece que hubiera crecido para que yo lo pueda acomodar. Pero lo más extraño es que tus caricias se sienten como arándanos con crema. Me hacen estremecer, quizás por lo ácido, pero son suaves y dulces a la vez. Tus manos cuando agarran mi cara son viento de lima y lluvia de almíbar; yuxtaposición de realidades. Pero cuando colocás mi pelo detrás de mis orejas es sólo una briza que normalmente eriza mi piel, como los Nerds que al disolverse hacen burbujas en mi boca.
Es como estar en la pileta de verano, seguro que lo captás. Primero el frío nos hará dudar hasta entrar; una vez dentro, es el mismo frío que nos mantiene con el agua hasta el cuello, prefiriendo unos minutos más antes que el cruel clima poco conveniente para nuestra situación, nos haga tiritar.
El corazón hace algo como tututá tututá; alguna melodía que todavía no escuché.
Extrañarte es como algodón de azúcar; lo digo en varios sentidos.
Lo mejor es que, ahora que tengo nuevos recuerdos (quizás creados de un sólo momento, ¿qué más da? ya los años valen tanto como los segundos), no necesito nada más.

Si pudiste entender tantas cosas, podrás entender ésto también; gracias, hiciste más de lo que podía pedir. See you in another life, brother. Good luck and have a nice ride.

1 comentario:

godoshita dijo...

Increíbles las comparaciones. INCREÍBLES.

¡Me encantó!