La realidad no se responsabiliza por la pérdida de tus ilusiones.

11.2.11

Maneras

No podía pedir mucho más. El corazón de Lidia bombeaba sangre limpia nuevamente. Renovada. De segunda mano, es cierto; pero era todo lo que necesitaba hasta que se termine esta taza de café y el cigarrillo que estoy a punto de prender.

No hay comentarios: