La realidad no se responsabiliza por la pérdida de tus ilusiones.

27.11.10

Está bien...

Con el tiempo te acostumbrás a no respirar (sinceramente no creo que sea lo correcto), y está bien. Vivís con el aire de los demás, que de vez en cuando llenan tus pulmones por un ratito y te mantienen en sintonía un día más. Sería incapaz de negar que amo mi propio aire, pero... ya me olvidé cómo era. Sé que me levantaba cada día y tomaba una de esas grandes bocanadas de hielo que recambiaban exactamente todas mis células permitiendo que sonría y esté óptima para soportar las horas que tenía por delante; esas horas que siempre estaban llenas de decepciones y malos gestos, pero estaba bien, porque sabía que al otro día tendría un nuevo empujón de aire para sobrevivir.
Aún estando presente en la memoria esas mínimas cosas (que suelen ser las que siempre quedan en mi mente, nunca la gran imagen, sólo lo pequeño), no sé cómo era sentirme así; por un tiempo intenté todos los días recordarlo, devolverme un poco de eso... pero fallé en cada ocasión. Quizás es lo correcto, quizás ésto es lo que me toca de ahora en más; o también es posible que nunca haya vivido lo que creí tener, simplemente lo imaginé y es por eso que no puedo traer a mi ahora el sentimiento, porque en realidad nunca lo tuve.
Pero quiero pensar que sí, es lo que me hace levantarme todas las mañanas dejando la inercia de lado. Sentir que en algún punto de mi vida no tendré ésta mochila, ni ésta lista, y volveré a respirar ¡qué genial sería! que mi garganta se abra y el aire limpio pueda pasar, que sonría puramente, expulsando las toxinas de mi cuerpo.


Sí, algún día todo estará bien nuevamente...

1 comentario:

Sofía Abril dijo...
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