Me encanta tomar duchas bien bien calentitas, el primer pucho del día, el café con leche de mi mamá.
Me encantan los besos ebrios de Flavia, que Sofi siempre se acuerde de cada detalle de nuestra vida, las miradas comprensivas de Hile, los café batidos de Vale. Me encanta por demás los abrazos inesperados, los besos dulces, las caricias que me hacen estremecer.
Amo reírme con mi hermana durante horas, hablar con mamá acerca de todo; los asados en familia, que mi abuela me preste libros y jamás me los pida de vuelta porque sabe que los voy a guardar de por vida. Amo los besos a la mañana de Mono, que me despiertan de buen humor.
Me hace muy feliz que el día acompañe mi ánimo, sentir la lluvia en mis hombros, el viento en mi panza y el pasto en mis pies. No dejo de sonreír cuando duermo tirada en el césped escuchando música.
Se pinta una sonrisa en mi cara cada vez que encuentro a alguien que aprecie los mínimos gestos tanto como yo lo hago; y darme cuenta de que me querés a través de ellos, más contenta me pone.
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