La realidad no se responsabiliza por la pérdida de tus ilusiones.

29.1.11

Asfixia

Reflejalo en un cuarto, en su desorden y suciedad; en una isla y la inmensa cantidad de nada que la rodea, si te parece mejor. Llevalo a cualquier punto que necesites para ponerlo en papel, da igual. Vos sos la habitación, vos estás hecha un absurdo caos. El océano se filtra por tus poros y desborda por tus ojos. Parafrasea, compará, ilustrá al mundo como más consideres necesario, porque al final sabés que esta red de fibras, arterias, sangre y concreto no van a dejar que escapes a ningún lugar.
Te estás pudriendo. No conseguís luz, ni aire, te alimentas de avena y no podés callar los gritos insoportables que te aturden y perforan los tímpanos. Pero nada es externo, todo está en tu interior. El humo se mantiene dentro, pero no forma nubes de penas o algodones de lágrimas, no; se transforma en piedras. Piedras pesadas, negras, que te impiden moverte. No podés correr, no podés permitirte estar de pie. Todo te lleva al suelo, que siquiera se encuentra frío y reconfortante, está manchado de alquitrán, el olor te quema la nariz y hace arder tus ojos.
Podrías continuar, pero ya no podés ver.

No hay comentarios: