Los ojos gritan igual. El cuerpo pide tierra y los hombros pasan de horizontales a verticales en un pararlelismo perfecto. Now, dont hang on, nothing lasts forever but the earth and sky; pero se clona, en una reconstrucción similar en caracteres y pixeles de lo que ya hemos vivido.
Exceptuando alegrías. Únicas como las pocas maneras que tenemos de diferenciarnos con otra persona, como una huella digital; como si fuera un mito, un recuerdo lejano, llegamos a pensar que fue un sueño. Já, y ¡qué sueño! Esos momentos que nos dan vitalidad. Nuestra recarga de energía. Uno vive por esos momentos que te dejan sin aliento, que no quitan la sonrisa del rostro, que logran agregarle un gusto dulce al agua, ¡hasta el viento parece seda! La cabeza se relaja, los músculos dejan de contraerse, el aire pasa por el cuerpo como si renacieran cada una de las células que nos componen, y con ellas, nuevas oportunidades, nuevos comienzos. Es como si no existiese nada más que lo que vemos. Agradecemos por ser uno de los pocos capaces de ver y sentir, respirar, degustar, tocar, escuchar, entender (o practicamente no hacerlo).
Y mientras tanto, el mundo no se detuvo, prosiguió, creó más caos, más tesis, antítesis y conclusiones. Cambio de canción, ahora todo te molesta. Encontrás preguntas sin respuesta por todos lados, y ninguna solución. Diferentes idiomas, diferentes ideologías, diferentes ojos, diferentes deseos, diferentes preguntas; defectos, errores, virtudes, ideas, sueños, fracasos.
Y vos solamente querías tomar una bocanada de aire.
No hay comentarios:
Publicar un comentario