Bueno, no considero realmente masoquista disfrutar un poquito del dolor que llevamos dentro. En definitiva nos va volviendo locos (mi cuarto está demasiado desordenado), y poco a poco nos lleva a crear las más magníficas obras de arte. Nos genera llorar desconsoladamente, reír sin sentir que en algún momento dejaremos de hacerlo. Segundo a segundo nuestro corazón se detiene, late de manera incontrolable, tenemos niveles desmedidos de cambiante humor; todo esto sucede gracias a la inconstancia que genera tenerte lejos y cerca.
No, para ser sinceros, no es ahora cuando uno debe tomar decisiones, no es ahora cuando uno debe actuar, debemos dejarnos llevar, dejarnos llevar, dejarnos llevar.
Ésto no es más que un nice trip, no lo ves?
Vamos a permitirnos perder la cabeza por un tiempito. Las emociones son extremas y es como un shot de adrenalina constante.
Hey, no está tan mal.
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