La realidad no se responsabiliza por la pérdida de tus ilusiones.

10.10.10

Lento degradé a un furioso amanecer.

Los portadores de ideas que perduran en el tiempo dicen que cuando uno se siente inquieto o con la necesidad de hacer algo sin poder descifrar qué, es porque se está intranquilo con uno mismo. Una vez que se es posible determinar el problema, se supone que el arreglo se ve más cercana, pero ¿cómo remover la sensación de poca calma cuando las dificultades que se te presentan no tienen más solución que dejar que el mismo tiempo se haga cargo y purifique tu mente?
El cambio de aire es inminente, la revolución interior no se deja esperar. Cuán extremos pueden ser los primeros momentos donde uno decide llevarla a cabo?
Escupir, vomitar, correr, gritar, pegar, escapar, morder, lastimar.
Querer salir de tu mente a toda marcha, lejos, no escucharla más. Callarla de un portazo inexistente, prenderla fuego, machacarla, obligarla a silenciarse.

No estoy conforme, y tampoco quiero estarlo.
No estoy contenta con lo que hice hoy, con éste texto, con lo que hice ayer, y con lo que quiero hacer mañana. Veo errores resaltar como si estuvieran pintados con el color de las lágrimas.
Soy mi propio motor, accionado con la idea de que huyendo notaré menos el vacío que cargo dentro.

Estoy cansada, quiero dormir. Pero no puedo...
Hoy no tengo tiempo para perder, y pierdo el tiempo que tengo.

No hay comentarios: