Estabas y nos escuchabas, nos escuchabas mientras hablábamos de vos, con ese tono de tristeza e impotencia que conocemos y odiamos. Pero, ¿por qué decíamos eso adelante tuyo?. Porque estábamos hablando de la nueva-vos, y la que estaba ahí con nosotras era la vieja-vos, la que extrañábamos, la que en este universo paralelo opinaba con nosotras que odiabas lo que hacías con vos.
Pero me levanté sin lágrimas por recordarte, y me siento muy liberada. Creo que realmente puedo enfrentar este camino llevando la mochila de otra manera. Pasó a no ser una piedra importante, aunque siempre será la que más me lastima la espalda.
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