La realidad no se responsabiliza por la pérdida de tus ilusiones.

21.12.09

Pudiendo caer

Bailá conmigo. Quiero sentir cómo la música mueve nuestros cuerpos al mismo ritmo. Quiero escuchar nuestros corazones latir al unísono y que cada melodía decore una ilusión.
Dejá que el ambiente se tiña de rojo, que el peso del aire se transforme en el roce de tu mano en mi cuerpo. Quiero estremecerme por algo más que una brisa.
Sí, porque aunque no lo creas, estamos volando lejos.
El horizonte pasó a ser vertical, disimulamos estar seguros de lo que hacemos, pero en realidad un terremoto recurrente nos recuerda que podemos caer, que no tenemos paracaidas, que el piso es tan duro como el cemento y tan frío como el mármol. Es un trato tácito, una esfera de fantasías, miles de futuros posibles mientras que tomados de las manos hacemos un all in por el que queremos que nos pertenezca.

Esta vez es adrenalina corriendo por mi sangre y bombeando mi corazón, no seguridad que juega una especie de papel protagónico en la obra que tranquiliza y convense a mi cerebro, mientras que calla a su enemigo.
Esta vez han colonizado otras tierras, esta vez es tu turno.

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