La realidad no se responsabiliza por la pérdida de tus ilusiones.

19.7.11

Quizás.

Te veo sonreír tanto. Mostrar tus hermosos dientes blancos y expandir tus mejillas hasta casi el dolor mismo. Sonreír de manera increíble, princesa. Y no dejás de intentar hacer crecer aún más esa sonrisa, hasta que sea tan grande que tape las lágrimas mismas que caen de tus pequeños ojos dulces.
Cada tres por tres tus hermosos labios se quiebran; aún así parecés un soldado que no piensa dejar que sus piernas tiemblen ni un minuto en campo de batalla, y volvés a la postura de la sonrisa más dulce y triste que puedas imaginar en un campo de margaritas. Sos preciosa cuando sonreís, tierna y divertida.
Pero si me preguntás a mi,
sos aún más linda cuando dejás que esa sonrisa se quiebre
al punto de dejar que tus lágrimas
se derramen por tu piel.

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