La realidad no se responsabiliza por la pérdida de tus ilusiones.

17.6.11

Miss

Se entumece la parte del alma que te solía pertenecer. Se desgarra, infectada se esparce contagiando a sus células vecinas. Luego de recostarme en el quirófano, acariciás mi pelo una vez más. Sos tan conciente como yo del reloj que marca los pocos latidos que quedan de mi corazón.
Tomás el escalpelo por su mango, y con la mano más firme que la escarcha acumulada en el techo del andén, separás la piesa gangrenosa del resto. Asegurándote de cortar siempre un poco más de lo debido, cosés la incisión con un hilo de un color un poco más oscuro que lo amputado.
Sé que cuando abra los ojos no vas a estar; y si seguís ahí, alguno de mis tantos conflictos cuasi-psicóticos, pseudo-recurrentes y por demás avanzados, lograrán comprarte un pasaje de ida a la próxima persona con la sonrisa más comprometida que la que yo aseguré tener.

Mientras la penetrante luz blanca lucha con mis párpados por desintegrar mis pupilas, mi cabeza escribe con cintas de raso rojo 'creí que te habías ido con la última operación.'