La realidad no se responsabiliza por la pérdida de tus ilusiones.

3.5.11

Creepy in the most beautiful way II.

La oscuridad, penetrante y espesa, se colaba por las veredas de mi alma. Mi corazón latía más rápido de lo que pretendía, acompañando el compás de mis pisadas. Intenté contener los suspiros -más parecidos a gemidos- para poder pasar desapercibida. Intercepté tu respiración a dos cuadras de mi razón, compartíamos el ritmo de exhalación.
Se hizo de día en cuanto me detuve en tus ojos, que me acuchillaban la conciencia, perforando mis recuerdos. Masacrándolos, pisándolos, escupiéndoles. Sonreíste. Un calosfrío eterno recorrió mis vértebras, generando que mi postura se reacomode.
Me era imposible dejar de temblar. Mis dientes tiritaban en cuanto pretendía abrir mis labios para contestarte la mirada. Mis manos empalidecían sin razón aparente, se movían de manera espástica, al igual que mi torso y seguramente mis piernas; no les presté atención.

Hoy recolecto los recuerdos que tengo de ese momento. No sé si era de mañana, tarde o noche. Tampoco si hacía frío o calor. Siquiera cuándo fue.
No recuerdo cómo llegaste, y aún peor, a dónde fuiste.

No hay comentarios: