La realidad no se responsabiliza por la pérdida de tus ilusiones.

8.6.08

Una


Era una mujer que cometía errores, que a veces lloraba un lunes por la mañana o por la noche en la cama. Era una mujer que a menudo se aburría de su vida y le costaba mucho levantarse para ir a trabajar. Era una mujer que con frecuencia tenía un mal día, se miraba al espejo y se preguntaba por qué no iba al gimnasio. Era una mujer que a veces detestaba su empleo y se cuestionaba por qué razón tenía que vivir en este planeta. Era, en fín, una mujer que a veces entendía mal las cosas.
Por otra parte, también era una mujer con un millón de recuerdos felices, que conocía el significado del amor verdadero y que estaba dispuesta a gozar de la vida, del amor y a crear nuevos recuerdos. Tanto si tardaba diez meses como diez años, fuera lo que fuese lo que le aguardaba, sabía que abriría su corazón y lo seguiría allí donde éste la llevara.
Mientras tanto, simplemente viviría.

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